Un tiempo aquí fui rey, Señora mía; yo soy aquel que fue el desnudo dueño
del melódico bosque donde había
las grutas milagrosas del sueño.
fue mio el cerro que descansa a solas,
el glauco espartillar también fue mío;
Las piraguas danzantes en las olas
fueron mías también, y mío el río.
Yo soy el rey poderoso y desnudo
que un tiempo aquí reinó Señora mía,
mi corona de plumas, el saudoso yata'i
rememora todavía.
en mis bosques de oscuras doradillas sin nada que embidiar.- Paz ni fortuna.
Estático adoraba de rodillas la líbida hermosura de la luna.
Yo soy aquel que bajo la arboleda.
Donde el guayabo en flor de aroma abraza,
con mi agreste mimbí de son de seda.
llorar ansia el alma de mi raza.
Fui dueño de un imperio fabuloso.
con cierras de diamantes y rios de plata
y el idioma que tuve era oloroso
a Selva, a plenitud de fuerza grata.
Desde los Karaívé de mar sonoro.
Hasta el Urúïguahi, manso extendía.
Bajo la cruz del sur mi Cetro de Oro
España aquí fui rey. Hasta que un día,
llegaron tus horribles bergantines.
con tus hijos, blindados de corazas
que en justas de arcabuces y espadines.
arrasaron mi reino con mi raza
y entonces! Perdí todo!!
Mi cerro lambaré, mis ríos, mis lomas, mis frescos ca'aguy
que eran a modo de un pesebre nupcial a palomas.
Los blancos guyratï de mís esteros el audizal gua'a de mis palmares,
mis bosques de ka'a, con sus overos.
y elásticos mancebos: los jaguares;
El dorado avati de mi consumo.
Mi aromado petÿ de azul ceniza
y el tacuara re´ë con cuyo sumo
la embriaguez se deleteita y se eterniza.
Todo! Todo! y hasta mi idioma que cual yerutí solloza y canta.
y como mi eireté grato es el aroma... , perseguido agoniza en mi garganta hasta mi universal padre infinito: Tupä, Señor de luz y de armonía, perseguido también, mira contrito.
Suplantada su fe desde ese día mis cobrizas doncellas sin sus paños se acostaron a los pies de tus banderas.
con tus hijos de piel y ojos extraños, del amor en las dulces borracheras mi pobre Urutaú fantasma vivo de la raza solloza todavía.
su amargura de amor desde aquel día, yo soy el rey desnudo y pensativo,
que en un tiempo aquí reíno Señora mía.
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